El Parque Municipal de Quintero “Luisa Sebiré”, ubicado en Calle San Martín No119, invita este verano, de martes a domingo de 11 a 18 horas, a las personas que quieran disfrutar de la naturaleza y conocer sus novedades, entre los que se encuentran árboles nativos en crecimiento, tallados en madera y una huerta de hierbas medicinales.
Su ingreso es liberado, ya que solo se pide respetar normas en torno al cuidado del lugar emplazado en una meseta frente al mar, con laderas y balcones naturales que colinda con el acantilado y el borde costero de la Playa de Los Enamorados, nos dice Ramón Alfaro, administrador del recinto.
Es parte de Punta Liles, formación rocosa con acantilados cortados en forma más bien pareja, pulidos por el viento y el fuerte oleaje del sector, es además el lugar más septentrional de la península y marca la zona de ingreso a la bahía de Quintero. El parque está pensado como un área de naturaleza significativa que cuenta con tótems QR que informan acerca de la botánica del parque.
Y no solo eso, porque el municipio ha puesto énfasis en destacar la historia y el patrimonio del territorio en estas casi cuatro hectáreas, ya que cuenta con el edificio Benjamín Vicuña Mackenna, precursor de la ciudad, con el balcón Juan Estay, regidor y director de Obras promotor de las donaciones de terreno para el parque a la altura de los años 30 del siglo pasado, la sala múltiple Luisa Sebiré Diot, viuda de Luis Alberto Cousiño Goyenechea, quien junto la Caja Hipotecaria donó las hectáreas para este paseo, la pérgola Centro Ceremonial “Bato” en recuerdo de los pueblos de pescadores ancestrales en la que las familias de la comuna realizan ceremonias, como bautizos y matrimonios, igual cosa ocurre con la glorieta Juan Fernández, vecino de la comarca en plena conquista, y que está suspendida sobre la playa Los Enamorados para observar el mar profundo, el anfiteatro Lord Thomas Cochrane, dueño por unos años de las haciendas de Quintero y Valle Alegre, el jardín elipse Mary Graham, por la escritora inglesa que describe la geografía de Quintero y las personas que habitaban las haciendas en “Diario de mi residencia en Chile”, el corredor Charles Darwin, por el estudio y referencia que hizo el investigador inglés acerca de la costa de Quintero, es una pasarela rodeada de árboles que bordea el acantilado con múltiples rincones que invitan a la contemplación y al descanso, la Plazoleta Rapa Nui en recuerdo del vuelo del avión anfibio Catalina a la isla en 1951 y que los isleños bautizaron como “Manutara”, la Plazoleta El Aviador como una revalorización cultural de la existencia de la Base Aérea Quintero fundada el 30 de junio de 1930, unidad desde la cual la Fuerza Aérea, nos unió también por primera con la Antártica chilena, la plaza exhibe un avión T37 entregado en comodato por la Fach al municipio. A todos estos equipamientos, se agregan una multicancha, áreas de juegos infantiles y máquinas de ejercicios, enfermería y baños.
Hoy los jardines muestran el esplendor de un sinnúmero de especies nativas y exóticas con gran variedad de flores separado por senderos interiores, que tienen por nombre Los Pinos, El Boldo, Darwin y Las Petras. En estos espacios verdes se ensaya reemplazar el césped por la dymondia, planta introducida, que crece de manera rastrera y que requiere de poco regadío. Se han plantado árboles nativos, con molles, maitenes y quillayes, los que se espera puedan reemplazar con los años a los pinos cipreses, algunos de los cuales se han caído con los temporales del invierno. El área cuenta también con una pequeña zona de humedal, ya que en el lugar aflora una vertiente, con nalcas, helechos y fucsias. Existe también una huerta con hierbas medicinales, como ruda menta y gongona, de la que el jardinero Jorge González, está autorizado a obsequiar, cuando se le solicite.