“La Cojinoba del Norte es una especie muy resistente a las bajas concentraciones de oxígeno en comparación con otros peces marinos”, la afirmación proviene de Sebastián Messina Henríquez, ingeniero en Acuicultura, quinterano, 24 años, titulado en la Universidad Católica del Norte.
Messina realizó esta investigación para obtener el título como ingeniero, la que lleva por nombre “Respuesta fisiológica de juveniles de Cojinoba Seriolella violacea (Guichenot, 1848) durante condiciones de hipoxia” que tuvo como objetivo describir y evaluar las respuestas adaptativas de la Cojinoba del Norte cuando el oxígeno en el océano disminuye a niveles mínimos. El resultado es prometedor, dice, ya que esta especie es ideal para ser cultivada en balsas jaulas en el mar en zonas del centro y norte de Chile donde se pronostican variaciones en las condiciones ambientales producto del cambio climático.
El estudio fue publicado en el extranjero en la revista científica “Aquaculture”, con casi 50 años de vida que se especializa en temas relacionados a la Acuicultura y que tiene altos estándares de calidad, leída en todo el mundo por profesionales del área, es una de las mejores formas para difundir y contribuir al conocimiento científico internacional.
Sebastián Messina estudió en la Escuela República de Francia y en el Colegio Don Orione, y ya en la universidad, por siete meses en el 2019, fue alumno de intercambio internacional en la Universidad Autónoma de Baja California, Ensenada, Baja California, México.
Planea seguir aportando al conocimiento científico siguiendo una línea investigativa en peces marinos con potencialidades de cultivo, colaborando con profesores de la universidad en distintos estudios fisiológicos y genéticos aplicados a la corvina otra especie de pez marino que ya es cultivada en la Región de Coquimbo. Al mismo tiempo, durante la pandemia con un colega inició su propio proyecto llamado ‘Blue Metrics Ltda’ dónde ha desarrollado soluciones tecnológicas que integran el “internet de las cosas” para la automatización del levantamiento de información para la industria acuícola, marítima e investigación y ha desarrollado diversos sensores acuáticos y ambientales, cómo también boyas oceanográficas capaces de levantar datos en tiempo real y ponerlos alcance de un celular, aunque también le gustaría regresar a Quintero y trabajar con las caletas de pescadores en proyectos de transferencia tecnológica para que puedan realizar acuicultura fuera de la bahía, algo que otras caletas de pescadores en el norte ya están haciendo, ejemplo de ello son los pescadores de Los Vilos que llevan un par de años cultivando tanto en tierra como en el mar Cojinobas del Norte.
Agradecido de sus padres, no se olvida de los jóvenes que estudian en Quintero a quienes desde Coquimbo los invita “a buscar la felicidad, buscar aquello que les apasione y mueva y que se dediquen a ello, que conozcan el mundo, continúen sus estudios y no se rindan, ya que al final, todo esfuerzo tiene su recompensa”.
También hace un llamado al municipio para que continúe y siga potenciando sus programas deportivos y culturales en la comuna, ya que aquellos programas influyen en los jóvenes tienen y entregan sus frutos a largo plazo, porque dice “yo me considero uno de ellos”.